Imágen de la Rueda Medicinal como Herramienta del Programa de Genuine ContactTM |
Estamos sentados en círculo, podemos vernos las caras y
reconocer la sabiduría, el conocimiento y la experiencia de cada uno.
En el centro quizá unas flores, unas campanas, un bol con
cristales, o quizá una fogata. En el centro
la intención, ¿para qué estamos sentados en el círculo? ¿cuál es nuestro
propósito?
Sentados al norte están los guerreros… los líderes de la
comunidad. Uno de ellos se levanta, toma
las campanas, da la bienvenida y comienza la conversación, con mucho silencio,
el silencio que nos permite escucharnos a nosotros mismos y a los demás. Una conversación que despierta al guerrero de
cada uno, cada quien asume su responsabilidad y dice: “Estoy presente y me mantengo presente mientras esté en este círculo”.[i]
En silencio, desde el este, se para el vidente o el profeta, a su lado están aquellos
que tienen una visión para la comunidad, su mirada se eleva por encima de la
cotidianidad, gracias a ellos tenemos una dirección. Comienza a hablarnos de su visión y despierta
al visionario en cada uno de nosotros, esa energía que nos guía para alcanzar
nuestra meta, al definir lo que veremos, lo que escucharemos y sentiremos
cuando logremos nuestro objetivo, permitimos que la visión tome fuerza. La conversión ahora nos permite decir: “Digo la verdad sin culpa y sin juicio”
Se sientan y ahora en el sur, los sanadores se paran para
reconocer las heridas y el dolor, para guiarnos en la consciencia de la
comunidad. No estamos solos, necesitamos
a otros, y con nuestras decisiones afectamos a otros. Los sanadores en nosotros se paran y dicen: “Le presto atención a aquello que tiene
corazón y significado para mi”
Y ahora, manos a la obra, pero ¿cómo, con qué?, así al oeste
del círculo se levantan los maestros y nos cuentan qué hay que hacer y
sobretodo, cómo hacerlo. El que gestiona
se despierta en cada uno y estamos listos para la acción concienzuda. Es posible que necesitemos recordar la
intención para no perdernos, es posible que necesitemos que nos guíen, que nos
muestren el camino para dar la vuelta en el círculo. Ese que está listo en cada uno de nosotros para
actuar y enseñar se para y dice: “Me mantengo
abierto a los resultados, sin apego y sin expectativas”.
Ahora, de nuevo el silencio, la paz de saber que hemos
tomado en consideración todo lo necesario para dejar volar nuestro proyecto.
Elisabeth Tepper Kofod
Caracas, 16 de enero de 2013
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